Jojo Rabbit: una delicia

Advertencia: pueden hallarse spoilers Cuando se anunciaron las películas nominadas a la temporada de premiaciones me llamó la atención de inmediato Jojo Rabbit. No solo porque con ella Scarlett Johansson conseguía -además de deslindarse de su estereotipo de sex symbol- dos nominaciones al Oscar (la primera como Mejor Actriz principal en Historias de un matrimonio (2019) y la segunda precisamente por este film), sino porque siempre me han fascinado las películas cuya visión sea la de un niño. De hecho, una de mis estrategias cuando les leo en voz alta a mis alumnos (incluso los grandulones de séptimo) es emplear historias cuya voz protagonista, tan auténtica y difícil de lograr, sea además de ingeniosa y fiel a sus convicciones: infantil. Lo hace Pedro en La composición (Skármeta, 1998) o Rosaura en La fiesta ajena (Heker, 1991). Pues bien, la guinda a la torta se la ponía que Jojo tuviese un amigo imaginario, pero no uno cualquiera con quién jugar cuando uno se siente...