Un remake innecesario, pero valioso

Desde que vi "Rescatando al soldado Ryan" (1998) y "Dunkerke" (2017) creí que el tema bélico estaba zanjado en mi vida y no habría una película de guerra que pudiera impresionarme otra vez, pero este año Netflix estrenó la película alemana Sin novedad en el frente y quedé tan anonadada como alguna vez lo estuve ante la majestuosidad de las obras de Spielberg y Nolan (respectivamente).

A lo mejor estoy llegando tarde y ya todos se deleitaron con todo lo que intento explicar en esta nota, pero creo justo y sobre todo necesario analizar cómo un remake puede llegar a aportar una nueva mirada a una historia conocida y ampliamente premiada. Cómo, si nos abrimos a nuevas versiones de una misma obra, podemos encontrar genialidad, originalidad, grandeza y hasta maestría.

Lo primero que debe reconocérsele a esta película es la fidelidad histórica, la cual permite a las nuevas generaciones acercarse a una de las épocas más nefastas de la Humanidad. Dicha fidelidad nos regala una visión realista de la Alemania de la Gran Guerra, mucho más allá del gran monstruo construido y difundido por Hollywood durante décadas. En esta versión, la perspectiva es mucho más objetiva y nos recuerda que en la guerra todos perdemos.


Y esta visión particular de la pérdida, de la estupidez humana que recrea Sin novedad en el frente, ya había sido llevada a la pantalla grande en más de una ocasión, pues su fuente original: la excelente novela de Erich María Remarque (1928) generó de inmediato, en directores y productores, el interés por lo retratado allí. Esto nos lleva ahora a una gran duda: ¿con dos exitosas versiones anteriores (una en 1930 y otra en 1979) era necesaria una nueva?

A lo mejor no era necesaria, punto. Pudo no haberse hecho nunca y todos contentos. No obstante, esta nueva puesta en escena está tan bien hecha y con tantos elementos de calidad que igual se agradece y valora. Lo primero que tiene espectacular es la banda sonora. Luego, la crudeza con que se retrata la odisea del protagonista. También, la capacidad de incorporar escenas de humor que reducen un poco la tensión de toda la trama. La construcción de los lazos de amistad contribuye a mantener la atención y recordarnos la complejidad propia de circunstancias tan adversas.

Asimismo, las actuaciones aumentan la genialidad de la cinta y auguran presencia en la venidera temporada de premios. Todos son elementos que se conjugan para hacer de este film una joya imperdible. Hasta los más reacios a este tipo de cine podrían quedar enganchados con esta película ya que cuenta con los elementos que caracterizan a un gran film: una historia potente, una impecable ejecución, un ritmo trepidante, actuaciones de lujo, recursos estilísticos de primer nivel, entre otros muchos más que ratifican a Netflix como el gigante que es y nos invitan a disfrutarla.



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