Esperando
Cuento finalista en el I Concurso de Narrativa Villa de Madrid (2015)
ESPERANDO
A mi entrañable amigo
Jorge Gómez Jiménez,
por tender una mano a los
escritores de provincia.
I
SUS NEGRAS MANOS la acarician
desbaratándola en un sudor imposible de disimular. La percibe tan fría que la
vuelve a acariciar una y otra vez hasta calentarla, hasta hacerla sudar mucho
más. La percibe burbujeante. Se desprenden —ante semejante estímulo— unas
gotitas envueltas en una aureola inconfundible de inocencia y ternura. Sin
proponérselo, logra hacerla estallar en pompas que emergen con suavidad.
Las manos cautelosas vuelven a
recorrerla logrando que la sensación de cosquilleo parezca dormitarse. El
burbujeo cesa y el sudor se vuelve incontenible; humedece no sólo los dedos
invasores, sino la palma de la mano entera.
Sus negras manos la acarician hasta
que —sin querer— la calienta por completo.
II
A lo lejos, el barman observa a la
dama toquetear —con notable gesto de resignación— la copa de champaña. Se
pregunta << ¿Por cuánto tiempo más lo hará?, si esa persona a la que
espera noche a noche —desde hace años— seguro nunca ha de llegar. >>
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