¿Relax, morbo ocuriosidad?

Todas las actividades que hacemos a diario obedecen a una rutinaria forma de vida. En ella, se pueden incluir las acciones más agotadoras y extenuantes, por ejemplo, levantarnos a las cuatro de la mañana para adelantar el almuerzo, hacer el desayuno, bañarnos y si alcanza el tiempo salir decentemente vestidos al trabajo. También las más increíbles e inimaginables, como sentarnos dos horas a ver cómo se vuela los dientes un joven de apenas quince años o se le riegan los sesos en plena calle al caer de una bicicleta; cómo una grupo de competidores se turnan para beberse una apetitosa merengada de gusanos; o unas espectaculares rubias –y que- tontas compartiendo al más suertudo de todos los hombres del planeta mientras dicen y hacen las cosas más estúpidas, entre otros tantos tele (basura) show que inundan la programación actual. Los productores de los famosos REALITY aludirán: eso es lo que a la gente le gusta ver y tienen hasta cierto punto razón, pues, un arduo día de trabajo, tráfico aberrante y una alocada carrera contra el reloj, justifican que se quiera finalizar el día con una buena dosis de morbo. Ahora bien, si de catarsis se trata, si lo que se busca es escapar de una realidad avasallante que nos consume y ahoga ¿Por qué no huimos hacia otras formas de entretenimiento como leer por ejemplo? Es más, si la cuestión es de cómo se vive –o sobrevive- ¿Por qué no hacemos de la lectura nuestra rutina diaria? ¿Por qué preferimos enterarnos de los últimos chismes o despotricar sobre el gobierno en una cola de banco en vez de pasar ese tiempo interminable leyendo una buena novela? Muchos dirán que Topacio pudo haber sido una posible versión de Marianela de Benítez Pérez Galdós, o que Venevisión hizo el remake –muy malo por cierto- de la aclamada novela de Mary Louise Alcott Mujercitas, y es válido, pero ninguna logró la belleza de las obras originales. Entonces ¿Por qué antes de acostarnos a dormir nos emborrachamos de escenas cargadas de violencia o de mujeres histéricas peleándose por un hombre en vez de relajarnos con un clásico literario? ¿Por qué preferimos regalar a un muchacho el video juego más sangriento que existe en vez de un libro de aventuras? ¿Por qué preferimos decirle a nuestros hijos vayan a ver FOX KIDS o CARTOON en vez de incitarlos a leer cuentos?
soryady1@yahoo.es

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