¿Contradictori@ yo?


En algunas ocasiones, por este mismo medio, he planteado argumentos que han resultado contradictorios, como por ejemplo, cuando les pregunté ¿Por qué se prefiere, antes de ir a dormir, atiborrarse de tele basuras como el reality show “Girls of the Playboy Mansion”? si en realidad, yo he visto ese espacio un par de veces. Podría excusarme diciendo que lo vi para tener conocimiento de causa y poder hacer una crítica mucho más certera, peo es falso! Lo vi –y todavía a veces, cuando no puedo quedarme dormida, enciendo mi tele y me río con las imbecilidades que hacen las rubias y de la decrepitud del tan envidiado Hef- porque entre otras cosas es mi derecho. O en aquella ocasión en que protesté porque históricamente se ha considerado al libro un bien rentable y luego reconocí que aunque el libro no debería verse como un objeto mercantil, los escritores venezolanos no pueden darse el lujo de vivir de él porque entre otras cosas no hay una cultura de consumo de este bien tan preciado. ¿Contradictoria? Sí, pero ¿Quién no es contradictorio hoy día? ¿Quién no maneja dobles discursos? Pensemos por un momento en nuestros hombres venezolanos, tan aseados, que se bañan dos y tres veces al día, que se afeitan con sumo cuidado, se perfuman y entalcan con parsimoniosa pulcritud, ¿No son acaso esos mismos hombres los que contribuyen a que nuestras ciudades permanezcan en permanente caos de basura? Otro ejemplo, ¿No son contradictorios los padres que profesan lo que no pueden cumplir y exigen a los hijos lo que son incapaces de hacer? (como que no hagan el amor o no rumbeen)... ¿No nos quejamos con reiteración de que a las Misses se les exige unas dietas inhumanas, regímenes de ejercicios extenuantes y comportamientos que están por encima de su madurez intelectual y hasta de su propia edad, pero nos encanta que nos llenen de coronas internacionales? ¿No nos enojamos acaso cuando Alicia Machado se engordó ejerciendo el sagrado deber de representarnos en el Miss Universe?...¿Será que no hay cientos de venezolanos ocupando aulas de clases universitarias para culminar una carrera profesional que los lleve a transformar la realidad del país, sin haber terminado de leer un libro completo? ¿No será entonces contradictorio que nuestros intelectuales se autodenominan de esta forma sin serlo realmente?...¿No nos quejamos como fieras heridas porque hay más escritores que escritoras y nunca pero nunca sacamos un centavo de nuestro presupuesto mensual -donde están incluidas las visitas a la peluquería, la tienda de ropa, la zapatería, los bolsos y carteras y hasta el maquillaje que promete rellenar nuestras imperfecciones- para comprar un libro de una narradora o una poetisa? Contradictorio ¿no?...A lo mejor la respuesta está en la propia naturaleza humana, mientras tanto nos seguiremos conformando con nuestros dobles discursos y con este complicado mundo lleno de contradicciones!!!!!
ULA-Táchira (soryady1@yahoo.es)

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