Si no son comerciales: ¡NO EXISTEN!

En estos días, le confesé a un amigo -por el que siento muco aprecio- que soy fan de un programa radial en el cual uno puede solicitar las canciones que le gustan, enviar saludos a alguien especial, felicitar a un cumpleañero y hasta dar el número telefónico personal para hallar a la añorada “media naranja”. El espacio –y sé que lo están pensando- no tiene en sí mismo nada de innovador, pues, esto lo hacen desde hace décadas muchas emisoras, pero a mí en lo particular me fascina oírlo, porque además de poner una musiquita romanticona que evoca tiempos pasados, me permite relajarme antes de irme a dormir. Ahora bien, todo esto viene a colación, porque luego de darle esta misma explicación a mi amigo sobre las razones de mi preferencia, éste se ha desternillado de la risa cuando le dije que el susodicho programa es transmitido por una emisora comunitaria; él considera –y así textualmente lo dijo- que las emisoras comerciales son las únicas escuchadas aquí en el Táchira y el resto NO EXISTEN. Ante su afirmación quedé algo perturbada, pues, cada noche cuando me dispongo a disfrutar de la voz de Omar Roa Jugador, recuerdo que permanentemente el conductor del espacio confirma reportes de sintonía desde Cordero, Unidad Vecinal, La Ermita y hasta Santa Ana, lo que me hace suponer que la sentencia de mi amigo es bastante cruel. ¿Será que hay una relación implícita entre COMUNITARIA y ESTATAL? Porque no hay manera de justificar tal actitud, sino asumiendo que toda emisora comunitaria sirve como trinchera del gobierno. En el caso del programa que tanto me gusta (La noche y el amor) dudo mucho que al menos durante estas tres deliciosas horas (7 a 10 p.m.) de programa, se ventile algún tema político, por el contrario, la condición romántica del ser humano, capaz de decir una declaración de amor en público; de pedir perdón cuando se ha errado; de valorar al otro sin haberlo conocido (como el caso de tod@s los que admiramos a Roa Jugador o a cualquier locutor, nada más que por su carisma ante el micrófono) o pedir un tema y dedicarlo a quien se ama, confirma que las emisoras comunitarias, así como cualquier otra iniciativa que se convierta en ventana para los miembros de una comunidad, tienen su razón de ser y seguirán estando por mucho tiempo mientras cumplan con su compromiso. Faltaría por advertir ¿Por qué se niega de tajo la importancia de propuestas como éstas?

Comentarios

Entradas populares de este blog

El anillo (primera parte)

NIGHTSTAND: ¿UNA VISIÓN FACILISTA?

Un remake innecesario, pero valioso