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De víctima a victimaria

Cuando tuve por primera vez en mis manos mi libro "Thanatos Agency y otros cuentos insensatos" era 6 de noviembre del año en curso, había invitado a un montonón de amigos, colegas, alumnos y familiares a que me acompañaran al acto público organizado por la Editorial El perro y la rana, dentro del marco de la FILVEN 2009/Capítulo Táchira, y tenía tanta emoción que no me quedó nás remedio que dar las gracias públicamente por recibir semejante honor. Al llegar a mi casa me puse a leerlo con calma y a darme cuenta poco a poco y sin podérmelo creer, que habían arruinado parte de su contenido. La indignación fue inmensa pero la tristeza por los años de trabajo que me tomó redactarlo fue peor. Por eso me llené de valor y decidí quejarme formalmente ante el presidente de la fundación, aun sabiendo que haría caso omiso de mi reclamo, pues, los escritores de provincia somos para los de la ciudad una especie de familiar fastidioso al que deben ver a juro y por simple obligación. Pasados...

Una celebración con sabor agridulce

Cuando me enteré de que recibiría una mención honorífica en un Concurso Nacional de Cuentos, estaba en un Cyber; comencé a pregar gritos como una loca y corrí a alquilar un celular (porque siempre ando des-saldada) y llamé a mi amigo Moisés Cárdenas. Le di, con lágrimas a granel, la noticia, y asumí con ello que era el día más feliz de mi vida. Ese mismo año (2005) me di cuenta que había quedado finalista en uno internacional y volví a experimentar esa sensación de dicha que seguro vivió Verushka Ramírez cuando ganó el Miss Venezuela o Esthefanía Fernández al hacerle el sueño realidad al Zar de la belleza. Al año siguiente, fue mi querido amigo David Colina Gómez quien me dio el notición de haber quedado dentro de los ganadores del Certamen Mayor de las Artes y de las Letras. Nuevamente me encontraba sola y sin nadie con quien celebrar mi regocijo (pues estaba en horario de trabajo y no podía ni pegar brincos, ni llorar y mucho menos abrazar a David), así que me encerré en el baño de l...

¿Los libros una necesidad vital?

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Dentro del limitado presupuesto familiar se incluyen desde los productos más primordiales como jabón para fregar los platos, hasta los más estrambóticos como un spray que promete acabar con los ácaros escondidos en nuestras almohadas. Lamentablemente, éste (salvo las valiosas excepciones) no incluye a los libros en sus largas listas de artículos infaltables dentro de nuestro hogar. Es como si éstos no ocuparan un sitial de honor dentro de nuestras necesidades primigenias. Un querido profesor de pre grado bromeaba el otro día, sobre los hechos acaecidos durante los “saqueos” del histórico veintisiete de febrero, en los cuales, para asombro de todos nosotros, y para risa de otros muchos, no se perdonaron carnicerías, abastos, distribuidoras de artefactos electrodomésticos, mueblerías, panaderías…(Uff! Quizás todo lo que termine en “ía” que tenga venta de víveres y enseres), pero se dejaron INTACTAS y por completo abandonadas a las “LIBRERÍAS”. Según él, en la ciudad capital podía verse p...

Justipreciar lo nuestro

Hace algunos años escuché de una querida amiga, a quien tenía influenciada el acento seductor de su novio caraqueño: “¿Se bañastes?” “¿Se arreglastes?” Aunque me daban muchas ganas de reírme en su cara, me contenía por consideración. Creía que sus galimatías se debían en parte a su enamoramiento y por su puesto, a su deseo de imitar lo que le era ajeno. Después oí a uno de mis profesores de pre grado, en medio de una concurrida dinámica grupal afirmar: “Súbate a esa silla, súbate, súbate!”; también dijo con total desparpajo: “Métate, métate!” Tales comportamientos son reflejo de nuestra idea de imitar todo lo foráneo, de no aceptar lo propio, de no sentirnos identificados con lo que nos pertenece ya sea por herencia o por simple idiosincrasia. Eso mismo sucede quizás con los escritores, pues, en su afán por conseguir la originalidad, el reconocimiento, producen obras que no se corresponden con la realidad histórico-cultural donde son engendradas. Si bien no puede negarse que hay que es...

¿Vampiros pasados de moda? Jamás!!!!!

La temática vampiresca no pasa de moda. Contradictoriamente a lo que pudieran opinar muchos críticos literarios, los escritos que giran en torno a lo desconocido, a lo terrorífico del vampiro, continúan siendo un inagotado terreno para el público lector. Mientras nos devanamos los sesos por encontrar tramas innovadoras, las más clásicas como el hombrecillo que bebe sangre en busca de la eterna juventud, sigue gozando del atractivo de hace siglos. Un ejemplo clave es la cotizada producción literaria “Crepúsculo” (considerada por muchos expertos como seudo literatura), que aparte de haber sido recibida por millones de lectores en todo el mundo, desafía todos los pronósticos sobre la apatía de los jóvenes hacia el acto de leer, pues, tiene nada más y nada menos que OCHOCIENTAS PÁGINAS, las cuales son devoradas con el más intricado placer, demostrando que el morbo experimentado hacia el “chupasangre” sigue siendo el mismo, aún en las generaciones más recientes y que la apatía hacia la lect...

¿Lugar de reposo o de regaño? (II)

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A propósito de bibliotecas ¿Cómo es que los jóvenes empiezan a temerle? Y no me refiero sólo a los que ya por naturaleza o falta de estímulos son unos flojos y todas las actividades que implican leer les parece un verdadero fastidio, sino a los chicos en general…De acuerdo a la experiencia propia –y reconozco que muchos pueden estar pensando que detrás de mis palabras se guarda un deseo reprimido por formar parte de la enorme lista de empleados públicos de este país, y es válido- los bibliotecarios asumen a veces – salvo por supuesto de valiosas excepciones- posiciones de poder y excesivo autoritarismo a la hora de asesorar a los muchachos que se acercan al santuario de la biblioteca en busca de información, ocasionando que éstos desarrollen posiciones autómatas y en el peor de los casos, sentimientos de aberración hacia tales espacios. Espacios por cierto, diseñados no sólo para el uso de los libros como fuentes de sabiduría, sino como medios de placer y disfrute estético. Porque rec...

¿Contradictori@ yo?

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En algunas ocasiones, por este mismo medio, he planteado argumentos que han resultado contradictorios, como por ejemplo, cuando les pregunté ¿Por qué se prefiere, antes de ir a dormir, atiborrarse de tele basuras como el reality show “Girls of the Playboy Mansion”? si en realidad, yo he visto ese espacio un par de veces. Podría excusarme diciendo que lo vi para tener conocimiento de causa y poder hacer una crítica mucho más certera, peo es falso! Lo vi –y todavía a veces, cuando no puedo quedarme dormida, enciendo mi tele y me río con las imbecilidades que hacen las rubias y de la decrepitud del tan envidiado Hef- porque entre otras cosas es mi derecho. O en aquella ocasión en que protesté porque históricamente se ha considerado al libro un bien rentable y luego reconocí que aunque el libro no debería verse como un objeto mercantil, los escritores venezolanos no pueden darse el lujo de vivir de él porque entre otras cosas no hay una cultura de consumo de este bien tan preciado. ¿Contra...